La historia de Yamila Segovia es la de una determinación incansable en busca de su medio hermano, que desapareció misteriosamente a los 13 años en el año 2010. Desde entonces, su empeño por hallarlo no conoció límites.
El escenario de esta conmovedora búsqueda fue la localidad argentina de Puan, en el seno de una familia poco convencional. Su padre tuvo hijos con cuatro mujeres distintas, y Yamila se encontraba entre tres mujeres y su medio hermano, Adrián, quien enfrentaba complicaciones motrices e intelectuales. Sin embargo, el contacto entre ellos se esfumó repentinamente, sin explicación alguna.
La incansable Yamila se convirtió en la principal impulsora de la búsqueda, y su primera pista la llevó a descubrir que la madre de su medio hermano había decidido darlo en adopción debido a las dificultades económicas.
El destino de Adrián lo llevó a un centro religioso, pero las autoridades de la iglesia se negaron a proporcionar información sobre su paradero. Fue la persistencia de Yamila la que finalmente obligó a la iglesia a reconocer que Adrián había sido enviado a un refugio para niños huérfanos, aunque con una identidad alterada.
La verdadera pista que llevó al reencuentro ocurrió cuando la organización Missing Children Argentina publicó una fotografía de Adrián. A pesar de los cambios de nombre y apellido, su rostro seguía siendo reconocible para Yamila, quien no dudó en viajar al refugio San Francisco de la Loma, en la localidad de San Martín.
El relato de Yamila al medio argentino La Nación, que describió el caso como sacado de una película, destaca el largo camino recorrido en la búsqueda y la emoción del reencuentro. La buena noticia es que pudo abrazar a su hermano nuevamente, aunque la mala es que él permanecerá en el refugio hasta que se resuelva el conflicto legal relacionado con el cambio de identidad. Sin embargo, para Yamila, el éxito en la búsqueda representa un motivo de profunda satisfacción.
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Redacción